Esta soy yo, Paula Cabal. Aunque yo no lo recuerdo, mi familia dice que desde muy chiquitina siempre quise ser psicóloga. De hecho, a mi padre le encanta hacer la broma de que mis primeras palabras fueron “papá”, “mamá” y “psicología”. Desde luego, hoy día creo que no podría estar en otro lugar.
Soy psicóloga general sanitaria, especialista en psicoterapia integrada de los trastornos de personalidad y psicoterapia integradora infantil. Desde 2010 dirijo Clínica Cabal, donde también trabajo como psicoterapeuta, docente y supervisora; en la que trabajamos desde un enfoque integrador orientado por la personalidad del paciente y su familia.
Al inicio de mi carrera, decidí especializarme en neuropsicología clínica. Me formé y trabajé un tiempo en este campo, especialmente con dificultades de aprendizaje y trastornos del neurodesarrollo; aunque también con daño cerebral adquirido y enfermedades neurodegenerativas. A medida que trabajaba con pacientes y sus familias, fui viendo la importancia del trabajo con el mundo interno de cada uno, así como con las dinámicas relacionales establecidas entre los distintos miembros de la familia. Lo emocional se fue abriendo más y más paso en mi forma de trabajar y vi imprescindible seguir formándome en psicoterapia. Así, fui ampliando mis habilidades terapéuticas con las herramientas que proporcionan modelos como la terapia dialéctica conductual, psicoterapia basada en la mentalización, terapia familiar sistémica, psicoterapia sensoriomotriz o EMDR, y enriqueciéndome con las aportaciones de las teorías del apego, trauma y disociación; que son aspectos centrales en mi formación y en nuestra forma de trabajar a nivel terapéutico.
Mi propia experiencia en esta preciosa aunque demandante profesión, me llevó a ser muy consciente de la importancia del autocuidado del terapeuta, así como de nuestro propio trabajo personal, además de la formación y la supervisión. Esto me llevó a poner mucho foco aquí y crear en 2020 junto con Gema García mi segundo proyecto: Un Lugar Seguro. Este es un espacio creado por y para terapeutas, un espacio donde sostenernos en red y permitirnos crecer desde los pilares que creemos básicos: formación, supervisión y psicoterapia personal; pero siempre teniendo muy presente el autocuidado.
Cuanto más tiempo dedico a acompañar a mis pacientes, más consciente me hago de la necesidad constante que tenemos los terapeutas de leer, formarnos y compartir conocimientos con nuestros compañeros. No entiendo esta profesión si no es desde el buen hacer, la honestidad y la generosidad. Espero que mi afán por aprender, mejorar y compartir nunca conozca límites; así como no los tiene la valentía de nuestros pacientes al escoger el camino de la psicoterapia.
Paula y yo nos conocimos hace años ya, allá por el 2014, cursando el especialista en psicoterapia integrada de los trastornos de la personalidad. Ya entonces me conquistó su luz, sabiduría, y responsabilidad hacia el paciente. Además, es experta en mindfulness, formada en el Instituto de Psicología Integral Baraka (con el Curso de formación avanzada en competencias para instructores mindfulness). Ha colaborado como psicóloga y como coterapeuta mindfulness en la Fundación para la Investigación en Psicoterapia y Personalidad en Santander durante varios años y tiene experiencia en el campo de las adicciones, habiendo sido terapeuta del programa “jóvenes y drogas” de la Consejería de Sanidad de Cantabria durante tres años, atendiendo directamente a jóvenes entre 12 y 20 años y a sus familiares e impartiendo formación y asesoramiento a otros profesionales involucrados. Posteriormente decidió formarse en psicoterapia infantil sistémica, dado que su interés en trabajar con menores y sus familias no para de crecer.
Además, es terapeuta EMDR, utilizando este abordaje en el tratamiento con pacientes con síntomas postraumáticos, problemas de apego o patrones de vinculación patológica.
Como compañera es una persona muy especial, que aporta mucha paz y calma al equipo. Siempre tiene muy buenas ideas y está dispuesta a colaborar y ayudar en cualquier nuevo proyecto. Ante las dificultades, Paula siempre encuentra unas palabras amables y validantes que nos ayudan a todas a orientarnos hacia las soluciones.
Paula es luz y paz para los pacientes a los que acompaña, pero también lo es para todo el equipo de Clínica Cabal.
Bea es la benjamina del equipo, aunque no por ello se queda atrás. Su presencia es amable, tranquilizadora y estimulante para todas. Es una persona apasionada, que ama esta profesión y por ello se compromete al máximo con sus pacientes, con la formación, la supervisión y el aprendizaje constante, a la vez que es una terapeuta respetuosa y responsable. Le gusta innovar y aporta ideas creativas y motivantes, pero sobre todo le gusta acompañar y no únicamente a sus pacientes, sino que es una persona que siempre tiene disposición a sumar, aportar y apoyar al resto del equipo. Su ilusión es contagiosa y nos moviliza a todas. Su calma, un bálsamo. Su gratitud, una satisfacción. Su actitud, impecable.
Sus pacientes dicen maravillas de ella. Bea se desvive por cada persona para darle el mejor acompañamiento posible y eso les llega, sintiéndose seguros y cuidados. En terapia es cálida y respetuosa e invierte en cada proceso el tiempo necesario fuera de la sesión. Ha trabajado en contextos psicosociales y sanitarios como terapeuta infantojuvenil, así como con adultos, familias y grupos. Su interés por ofrecer la mejor atención la ha llevado a interesarse por un modelo integrador, desde el que poder cubrir las necesidades de cada persona, especializándose en psicoterapia integradora y utilizando como eje vertebral de la evaluación y el tratamiento un enfoque de trauma, apego y personalidad.
Una persona, compañera y terapeuta que nos ha conquistado poco a poco hasta convertirse en uno de los pilares fundamentales del equipo.
Tras 13 años gestionando esta empresa yo sola, no me fue nada fácil soltar la parte administrativa. Nada más terminar mi entrevista con Lucía, escribí un mensaje al resto del equipo: “chicas, creo que la hemos encontrado”. No buscaba una responsable de administración, buscaba a mi mano derecha. Una persona cercana y de confianza, alguien en quien apoyarme en el día a día, en quien delegar aspectos muy importantes del funcionamiento del centro. Lucía no solo llegó con la mejor de las actitudes y se integró rápidamente, sino que también propone nuevas ideas y nos ayuda a organizarnos mejor. Además, aporta un punto de frescura y humor que agradecemos muchísimo. No es psicóloga, pero es una más para nosotras. Cada día nos sentimos más unidas a ella y nos aporta más confianza para realizar tareas tan importantes como atender vuestras llamadas, responder alguno de vuestros emails o recibiros en la puerta con amabilidad. Si tienes alguna duda o necesitas realizar alguna gestión con nosotras, Lucía te acompañará y resolverá todas tus dudas con mimo y la mejor de sus sonrisas, como siempre hace.
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